En estos días me preocupa el lugar que ocupan esas palabras que los chicos no pueden decir. No pueden decir porque carecen de oídos que los escuchen, no pueden decir porque están tan ocupados en vivir la vida que no eligieron, en un mundo que no eligieron. Y los chicos tienen tantas cosas para decir...
Estos chicos sufren la peor de las estigmatizaciones: ser pobres. Y los pobres no tienen voz.
El cielo por asalto propone recuperar la palabra, escuchar, sentir. Propone recuperar algo que nunca debieron haber perdido. Empecemos por las palabras, luego por el mundo que no se les quiere mostrar y así llegar a ofrecerles una alternativa, otro color que no sea el blanco o el negro.
Y también mostrar que de proponer una idea tan lejana como la que pensamos puede materializarse con esfuerzo y ganas.
Amigos: es el momento de tomar el cielo, el cielo que nos robaron, el cielo que nos pertenece y nunca debió dejar de ser "nuestro", el Cielo por asalto.
Juan, Emiliano, Jesús, Gisela, Nicolás y Carla